Crónica del IV Cocido Ruteros de Pucela
Un buen día, por las vastas tierras vallisoletanas se cruzaron dos Mecos que iban sin rumbo fijo a darse una vueltecita. Sin saberlo, en ese momento estaba naciendo el Club más importante de esta afición que tenemos actualmente en el panorama nacional.
Las organizadoras dando las acreditaciones a los participantes.
Días después, Monty y Osdelma (José Luis y Óscar para los amigos) empezaron a poner carteles por las farolas de Valladolid, buscando más compañeros con quads para hacer rutas por la zona. Para entonces, el Meco del padre de Óscar ya era prácticamente de su hijo.
Justo antes de salir, alguno parecía que ya iba manchado de barro..
El grupo empezó a cuajar en las quedadas de Moraleja de Coca, y en aquel tiempo, a falta del foro actual con el que cuenta este Club, se reunían y captaban más amigos en VirtualATV.com.
Pues de eso ya han pasado 5 años, que se dice pronto. Y los Organizadores siguen con la misma ilusión que hace un lustro, con ganas de reunir a los amigos, pasarlo bien, y cómo no, montar en quad, que de eso se trata.
Todos en fila circulando por las llanuras vallisoletanas.
En el primer Cocido Quadtrero acudieron 15 participantes. Pero a partir el segundo año, la lista aumentó y aumentó hasta tener que limitar las inscripciones e irremediablemente dejar fuera a los más rezagados.
Curvas de 90º, con caminos y vayas que limitan las numerosas fincas. El cielo nublado y parcialmente lluvioso.
La cuarta cita del ya mítico Cocido quadtrero Ruteros de Pucela reunió a cien participantes y unos 70 vehículos en la localidad vallisoletana de La Cistérniga, donde habitualmente se ubica el centro de operaciones de esta concentración.
Las caras de felicidad lo dicen todo.
Los participantes llegan principalmente del centro de la península, aunque también hay intrépidos que para este evento se hicieron más de 700 kms. En reconocimiento a este esfuerzo, el Club entregó al compañero Jaleo una placa conmemorativa por ser el participante que vino desde más lejos (Guipúzcoa).
Armando y Jaleo 2011. A nuestro compañero vasco le hará ilusión verse en la revista, de la cual es suscriptor.
Es digno de elogiar nuevamente a los Organizadores de este tipo de eventos, sin ánimo de lucro, que consiguen desayuno, comida, merienda, regalos, sorteos de los “de verdad”, con una inscripción simbólica. Gracias a la peripecia de los Organizadores y a los Patrocinadores, se logra reunir a tanta gente.
Surtida representación del Club deportivo Castilla y León ATV, venidos de Ávila, Toledo y Madrid.
Una vez completadas todas las inscripciones, el sábado 10 de diciembre nos reunimos en el restaurante de salida, donde se encuentran los remolques ya vacíos, y la centena de participantes deseosos de empezar la ruta.
¿Un Goes 4.2? ¿Tendrá 6 cilindros?
Tras el desayuno, partimos en grupos previamente asignados, todos en orden y sin adelantarse. La ruta iba a ser relativamente corta y sin excesivas complicaciones en el terreno.
Dos vuelcos sin consecuencias y un pinchazo fue lo único que alteró la apacible marcha. Además, hasta el tiempo acompaña, aunque parece que puede llover en cualquier momento.
En la localidad de Piña de Esgueva paramos a almorzar y a degustar un reconfortante caldito, que fue la atracción de la mesa. Casualmente, coincidimos con una pareja de la Guardia Civil, que se apuntaron al almuerzo.
Llegando al almuerzo, para degustar un reconfortante caldito.
Después de entrar en calor, llegamos al restaurante para degustar el tan esperado cocido anual, que este año parecía más abundante que en ediciones anteriores. En las largas mesas, los participantes empiezan a contar sus propias batallitas, algunas un poco exageradas, para darle más emoción a la historia.
Con una suave lluvia, nos hacemos los 30 kms de vuelta al origen. Llegamos a media tarde al restaurante, donde nos espera una merienda a base de pastas, galletas y sopas de ajo.
Reponer fuerzas es fundamental. ¡Cómo nos pusimos!
Un sorteo exento de guantes talla XXXL, y la entrega de placas conmemorativas, darían por finalizado este evento, que a los participantes se les ha hecho muy corto, y ya piensan en volver a verse para el año que viene.
¡Menudos piezas! Dejar solos a estos 4 tiene que ser peligroso.
Afortunadamente, a lo largo de la temporada hay otras convocatorias en la agenda quadtrera para volver a reencontrarnos, pero la cita a primeros de diciembre de los Ruteros de Pucela, ya es una fecha fija a señalar en el calendario de cada año.
Sed buenos.
Texto: Autoquad
Fotos: Autoquad, Osdelma
Bonitos paisajes en las áridas tierras vallisoletanas.
Partiendo a primera hora de la mañana, en grupos de 9 quads.
Los caminos estaban en perfecto estado
Parece un desfile.
Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.
¡Hay míticos de este mundillo que no se pierden una!
¿Cuál es el mío?
Disfrutando de una suculenta comida, no muy baja en colesterol, la verdad...
Un buen día, por las vastas tierras vallisoletanas se cruzaron dos Mecos que iban sin rumbo fijo a darse una vueltecita. Sin saberlo, en ese momento estaba naciendo el Club más importante de esta afición que tenemos actualmente en el panorama nacional.
Las organizadoras dando las acreditaciones a los participantes.
Días después, Monty y Osdelma (José Luis y Óscar para los amigos) empezaron a poner carteles por las farolas de Valladolid, buscando más compañeros con quads para hacer rutas por la zona. Para entonces, el Meco del padre de Óscar ya era prácticamente de su hijo.
Justo antes de salir, alguno parecía que ya iba manchado de barro..
El grupo empezó a cuajar en las quedadas de Moraleja de Coca, y en aquel tiempo, a falta del foro actual con el que cuenta este Club, se reunían y captaban más amigos en VirtualATV.com.
Pues de eso ya han pasado 5 años, que se dice pronto. Y los Organizadores siguen con la misma ilusión que hace un lustro, con ganas de reunir a los amigos, pasarlo bien, y cómo no, montar en quad, que de eso se trata.
Todos en fila circulando por las llanuras vallisoletanas.
En el primer Cocido Quadtrero acudieron 15 participantes. Pero a partir el segundo año, la lista aumentó y aumentó hasta tener que limitar las inscripciones e irremediablemente dejar fuera a los más rezagados.
Curvas de 90º, con caminos y vayas que limitan las numerosas fincas. El cielo nublado y parcialmente lluvioso.
La cuarta cita del ya mítico Cocido quadtrero Ruteros de Pucela reunió a cien participantes y unos 70 vehículos en la localidad vallisoletana de La Cistérniga, donde habitualmente se ubica el centro de operaciones de esta concentración.
Las caras de felicidad lo dicen todo.
Los participantes llegan principalmente del centro de la península, aunque también hay intrépidos que para este evento se hicieron más de 700 kms. En reconocimiento a este esfuerzo, el Club entregó al compañero Jaleo una placa conmemorativa por ser el participante que vino desde más lejos (Guipúzcoa).
Armando y Jaleo 2011. A nuestro compañero vasco le hará ilusión verse en la revista, de la cual es suscriptor.
Es digno de elogiar nuevamente a los Organizadores de este tipo de eventos, sin ánimo de lucro, que consiguen desayuno, comida, merienda, regalos, sorteos de los “de verdad”, con una inscripción simbólica. Gracias a la peripecia de los Organizadores y a los Patrocinadores, se logra reunir a tanta gente.
Surtida representación del Club deportivo Castilla y León ATV, venidos de Ávila, Toledo y Madrid.
Una vez completadas todas las inscripciones, el sábado 10 de diciembre nos reunimos en el restaurante de salida, donde se encuentran los remolques ya vacíos, y la centena de participantes deseosos de empezar la ruta.
¿Un Goes 4.2? ¿Tendrá 6 cilindros?
Tras el desayuno, partimos en grupos previamente asignados, todos en orden y sin adelantarse. La ruta iba a ser relativamente corta y sin excesivas complicaciones en el terreno.
Dos vuelcos sin consecuencias y un pinchazo fue lo único que alteró la apacible marcha. Además, hasta el tiempo acompaña, aunque parece que puede llover en cualquier momento.
En la localidad de Piña de Esgueva paramos a almorzar y a degustar un reconfortante caldito, que fue la atracción de la mesa. Casualmente, coincidimos con una pareja de la Guardia Civil, que se apuntaron al almuerzo.
Llegando al almuerzo, para degustar un reconfortante caldito.
Después de entrar en calor, llegamos al restaurante para degustar el tan esperado cocido anual, que este año parecía más abundante que en ediciones anteriores. En las largas mesas, los participantes empiezan a contar sus propias batallitas, algunas un poco exageradas, para darle más emoción a la historia.
Con una suave lluvia, nos hacemos los 30 kms de vuelta al origen. Llegamos a media tarde al restaurante, donde nos espera una merienda a base de pastas, galletas y sopas de ajo.
Reponer fuerzas es fundamental. ¡Cómo nos pusimos!
Un sorteo exento de guantes talla XXXL, y la entrega de placas conmemorativas, darían por finalizado este evento, que a los participantes se les ha hecho muy corto, y ya piensan en volver a verse para el año que viene.
¡Menudos piezas! Dejar solos a estos 4 tiene que ser peligroso.
Afortunadamente, a lo largo de la temporada hay otras convocatorias en la agenda quadtrera para volver a reencontrarnos, pero la cita a primeros de diciembre de los Ruteros de Pucela, ya es una fecha fija a señalar en el calendario de cada año.
Sed buenos.
Texto: Autoquad
Fotos: Autoquad, Osdelma
Bonitos paisajes en las áridas tierras vallisoletanas.
Partiendo a primera hora de la mañana, en grupos de 9 quads.
Los caminos estaban en perfecto estado
Parece un desfile.
Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.
¡Hay míticos de este mundillo que no se pierden una!
¿Cuál es el mío?
Disfrutando de una suculenta comida, no muy baja en colesterol, la verdad...